lunes, 17 de julio de 2017

El último paraíso de Antonio Garrido

La realidad no era exactamente como la habían soñado.
En 1929, el joven y avezado Jack Beilis conducía su propio automóvil, vestía trajes a medida y frecuentaba los mejores clubs de Detroit. Pero la brutal crisis que aquel año azotó América lo arrojó, junto a millones de compatriotas, al hambre y la desesperación. Desahuciado y perseguido por un oscuro crimen, embarcará junto a su amigo Andrew hacia la legendaria Unión Soviética, el idílico imperio en el que cualquier hombre tenía derecho a trabajar y ser feliz, sin sospechar los extraordinarios avatares que les tenía reservados el destino. Inspirada en hechos reales, con El último paraíso Antonio Garrido funde magistralmente thriller, amor y novela histórica en la dramática epopeya de un superviviente en un mundo dividido. Un formidable fresco de una época convulsa que dio un nuevo rumbo a la historia.

Opinión: En el 2013, el título que consideré el mejor que había leído aquel año fue El lector de cadáveres de Antonio Garrido, y ya tocaba leer el último libro publicado por el autor nacido en Linares.
El último paraíso se llevó el XX Premio de novela Fernando Lara y la trama de la novela, por su originalidad, me atraía mucho y, vaya por delante, no me ha decepcionado nada. Seguir los vaivenes y acontecimientos de trabajadores estadounidenses que se arruinaron tras la depresión del 29 en su país y decidieron seguir el sueño ruso –en yuxtaposición a la derrota del propio sueño americano-, sin darse cuenta que salían de la sartén para caer en las brasas.
Pero hay algo que me chirrió desde que se fue adentrando la novela en los acontecimientos descritos, y es la predisposición del personaje principal, Jack Beilis, a convertirse en el inmortal. ¿De verdad un personaje puede padecer tanto y no morir en el intento? ¿Realmente algún hombre puede encontrarse en tantas ocasiones entre la espada y la pared y, curiosamente, en cada ocasión, en el momento que la espada va a clavarse en el cuerpo, la pared desaparece y a otra cosa mariposa? Ciertamente, llega un momento que sientes ojeriza hacia ese tipo, ¡es imposible que pueda ser tan mesías, hostia! ¡Que sólo le falta andar sobre las aguas! Y me da la sensación que no soy el único al que le ha ocurrido porque, sin  explicar nada del desenlace de la novela, ¡seguro que a más de una y de uno se le ha dibujado una sonrisa y ha alzado las cejas leyendo las últimas páginas!
Pues eso.

Valoración personal (de 0 a 10): 7,2

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