viernes, 7 de junio de 2013

Hasta siempre, Tom Sharpe

Ha muerto Tom Sharpe
Ha muerto el inventor de la sonrisa de medio lado, el escritor al que tenías que parar de leer para poder reír a gusto y habías de dejar de reír para seguir leyendo, el creador de personajes tan fantásticos, histriónicos e inolvidables como Wilt, Bolt, lord Petrefact, la señorita Hazelstone, el Kommandant van Heerden, Glodstone y Peregrine y tantos otros actores ficticios que interpretaron los fantásticos papeles escritos por este artista del vodevil contemporáneo, del cinismo en grado mayúsculo, de la ironía en su máximo esplendor. 

Ha muerto Tom Sharpe, el londinense con corazón bravo, el luchador nato desde pequeño –su padre, un predicador de los de antes, quiso inculcarle la ideología fascista-, un marino frustrado que desembarcó en Sudáfrica, cuna y diana de las primeras pullas a través de sus libros, iniciando su carrera con Reunión Tumultuosa. En el año 1961, sus críticas al apartheid y su segunda afición, la fotografía –plasmando la vida de los suburbios-, lo llevó a la cárcel por subversivo y comunista hasta su expulsión de Sudáfrica para volver a su país de origen para dar clases en Cambridge. Las vicisitudes con sus alumnos le hizo crear uno de sus personajes más increíbles, Wilt. A partir de ese momento sus novelas se convirtieron en auténticos best sellers en todo el mundo. 

Durante uno de los periodos de gobierno de Margareth Thatcher, y tras un congreso internacional de escritores que se realizó en la Costa Brava de Girona, Tom Sharpe se enamoró de la zona y se instaló definitivamente en Llafranc, lugar donde ayer dejó este mundo que, a través de sus novelas, ensayos y obras de teatro, intentó mejorar con un humor único. 

Esté donde esté, recomiendo a los que lo rodean que tengan un buen surtido de pañuelos de papel, para poder secarse las lágrimas de risa que les provocará Tom Sharpe cuando se dedique a explicar historias.