domingo, 31 de marzo de 2013

Mis pececitos doraos - Entradas: Mike Oldfield


Fecha: Sábado, 31 de marzo de 1979 
Hora: 23.30 horas. 
Precio: 600 ptas. 
Lugar: Palacio Municipal de los Deportes de Barcelona 
Artista: MIKE OLDFIELD 

Mike Oldfield llegaba por primera vez a España. Su última obra de arte, Incantations, todavía resonaba en los oídos de todos sus seguidores, pero, por encima de todo, los que entrábamos en el Palacio de los deportes deseábamos comprobar si tocaría en directo Tubular Bells
La primera impresión que tuve al pisar la pista del Palacio era que nos esperaba algo grande, ya que toda ella estaba lleno de sillas, o sea, que sería un concierto sentado. Pero aluciné cuando vi que, también sobre el escenario el número de sillas era impresionante. Y las luces se apagan, y los músicos salen, violines, trompetas, violoncelos, flautas, el coro, y frente a ellos Pierre Moerlen se coloca tras la multitud de instrumentos de percusión, uniéndose a él Benoit Moerlen, Mike Frye y David Bedford, el causante de la orquestación de la música creada por Mike Oldfield, el artista nacido en Reading. Tras ellos, Pekka Pohjola al bajo, Pete Lemer y Tim Cross a los teclados, Nico Ramsden y Phil Beer a las guitarras solista y de acompañamiento. 
¡Sale Maddy Prior al escenario! Esto pinta de maravilla. 
Y las primeras notas de Incantations suenan como la más maravillosa melodía jamás sentida, porque suena frente a ti, a tu alrededor, en tu interior… y Mike Oldfield, vestido de lino, como todo el personal sale al escenario con su inimitable guitarra a cuestas. Y todo Incantations nos humedece los ojos. Y los aplausos se hacen eternos. Y el piano suena. El exorcista se alza frente a nosotros como un fantasma llegado del averno, y las campanas tubulares engrandecen el momento hasta alturas imposibles de escalar. Y la voz de Maddy Prior nos hace mover sobre las sillas, junto a ellas, de pie, sentados, como un éxtasis religioso mientras suena Guilty
Y el concierto termina, y el silencio perturba el ambiente porque todos los asistentes estamos sin palabras. Sabemos que hemos vivido un espacio de tiempo irrepetible, y todos nos sentimos en un vaivén indómito de sensaciones, al alza por lo vivido, a la baja por haberse terminado. 
Pero Mike Oldfield nos reservaba una sorpresa a todos. Ese tour lo había grabado en todas las ciudades donde actuó, y tres meses y medio más tarde, exactamente el diecisiete de julio de ese mismo año, editaba Exposed, el disco en directo de su gira. 
Y ahora, siempre que quiero puedo volver a saborear esa comunión que Mike Oldfield consiguió en el Palacio de los deportes de Barcelona, hoy hace exactamente treinta y cuatro años.

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