sábado, 24 de diciembre de 2011

"El temor de un hombre sabio" de Patrick Rothfuss

Músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino. Kvothe es un personaje legendario, el héroe o el villano de miles de historias que circulan entre la gente. Todos le dan por muerto, cuando en realidad se ha ocultado con un nombre falso en una aldea perdida. Allí simplemente es el taciturno dueño de Roca de Guía, una posada en el camino.
Hasta que hace un día un viajero llamado Cronista le reconoció y le suplicó que le revelase su historia, la auténtica, la que deshacía leyendas y rompía mitos, la que mostraba una verdad que sólo Kvothe conocía. A lo que finalmente Kvothe accedió, con una condición: había mucho que contar, y le llevaría tres días.
Es la mañana del segundo día, y tres hombres se sientan a una mesa de Roca de Guía: un posadero de cabello rojo como una llama, su pupilo Bast y Cronista, que moja la pluma en el tintero y se prepara a transcribir...
El temor de un hombre sabio empieza donde terminaba El nombre del viento: en la Universidad, de la que luego Kvothe se verá obligado a partir en pos del nombre del viento, en pos de la aventura, en pos de esas historias que aparecen en libros o se cuentan junto a una hoguera del camino o en una taberna, en pos de la antigua orden de los caballeros Amyr y, sobre todo, en pos de los Chandrian. Su viaje le lleva a la corte plagada de intrigas del maer Alveron en el reino de Vintas, al bosque de Eld en persecución de unos bandidos, a las colinas azotadas por las tormentas que rodean la ciudad de Ademre, a los confines crepusculares del reino de los Fata. Y cada vez parece que tiene algo más cerca la solución del misterio de los Chandrian, y su venganza.

Opinión: El nombre del viento fue la mejor novela que leí el año pasado tal y como expresé en mi TOP25 de principios de año. El temor de un hombre sabio no sé en qué posición estará este año –todavía no he hecho el ránquing-, pero no repetirá pódium, eso seguro. La segunda novela de la saga Kvothe, escrita por Patrick Rothfuss, aparte de ser increiblemente larga en todos los aspectos –1.200 páginas, de las cuales más de 300 se las pasa hablando de la relación con Telurian, y casi las mismas de su estancia en Ademre-, la he digerido como un impass entre la primera y la definitiva tercera parte. ¿Me ha decepcionado? No lo sé realmente, porque El nombre del viento fue tan maravilloso que era casi imposible que se llegara a comparar pero, he de confesar que un poquito sí. Ahora bien, no me ha hecho perder ni un ápice de hambre por saber cómo será el tercer libro, qué ocurrirá con Bast, Denna, los Chandrian, los Amyr y con Auri, entre otros. Pero, por encima de todos, como terminará la historia de Kvothe, este fascinante personaje a la altura de Aragorn,Gavilán o Elric de Melniboné.

Valoración personal (0 a 10): 8,2

jueves, 22 de diciembre de 2011

Pssst, te lo digo al odio por si acaso


Pssst! Eyyy! Si, sí… ¡a ti te lo digo!


Y te lo digo flojito por eso que pasa…
el “yuyu” de que, si lo dices fuerte, no se cumple…


¿Todo bien por ahora?
De acuerdo… entonces…


¡¡¡FELICES FIESTAS y QUE TENGAS UN FANTÁSTICO NUEVO AÑO 2012!!!


Bufff!
¡Ya está! 
 ¡Ya lo he dicho!
Hasta el año que viene, 
esperando que no estemos tan acojonados 
como hemos estado durante el 2011.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Enric Barbat nos ha dejado, pero su Matinada sigue viva

La semana pasada fallecía Enric Barbat, uno de los cantautores que formaron los Setze Jutges de la Nova Cançó catalana. Siempre que se habla de Nova Cançó uno se acuerda de los conciertos acústicos, guitarra en mano y arreglos mínimos, pero en 1983 la compañía Fonogram me sorprendía con la edición de un álbum titulado escuetamente 4, con dos temas en la cara A – Matinada y Migdia- y otros dos en la B –Capvespre y Nit-. El primer tema me emocionó tanto que estuve muchos meses dejando que, diariamente, la aguja de mi tocadiscos se paseara por los surcos del vinilo. Y aluciné con Enric Barbat cuando, en una entrevista de la época, hablaba de cómo había recibido la visita de las musas entrando por las ventanas de su casa en Menorca y cómo el paisaje menorquín le había influido tanto en la composición de ese álbum.
A finales de la semana pasada, leyendo El Periódico de Catalunya, me encontré con la sorpresa que el escritor Jordi Puntí hablaba en su columna de la muerte de Enric Barbat y, precisamente, describía sus sentimientos hacia esa maravillosa canción titulada Matinada. No puedo más que reproducir parte de ese artículo aquí porque su forma de expresarlo describe exactamente lo que sentí yo al escuchar ese tema por primera vez.
"Hace tiempo que llevo la canción en el iPod, pero solo la escucho de vez en cuando: es del año 1983, se llama Matinada y la canta Enric Barbat, el músico que murió hace una semana, a los 68 años. Dura siete minutos y 15 segundos. Al principio, durante dos minutos y 32 segundos, parece un tema instrumental, atmosférico y con un aire de Jean-Michel Jarre. Pero no. Hay que seguir escuchando. Se oyen unas bases de caja de ritmos, muy tecno, muy de la época, incluso un poco new romantics, y por encima va creciendo un solo de guitarra eléctrica. Entonces irrumpe una batería electrónica y empieza la voz medio rota: «Com un despertar claríssim, / dins dels teus ulls transparents; / com un vent ple de rialles / despullant-te el pensament…»".
"Estos días las crónicas cuentan que Enric Barbat formaba parte de los Setze Jutges y que sus letras era muy literarias, pero yo le recordaré sobre todo por esta canción de su disco Quatre, una rareza en el panorama musical catalán de los 80. La primera vez lo escuché por la radio. Acababa de salir, una emisora atrevida lo puso entero y yo me quedé clavado. Desde entonces me ha acompañado en todos los formatos, del vinilo al compacto y luego al Mp3. Me gusta porque uno entrevé en ella una libertad creativa fuera de lo común, de alguien que en esos años se había alejado de la cançó catalana y a su vez estaba al corriente de lo que sucedía en Inglaterra...".
Hasta siempre Enric Barbat, espero que hayas conseguido conocer otra Matinada allí donde estés.

¡Zas! de Terry Pratchett

¡Zas! es el golpe de un mazo de troll cuando cae en seco sobre el casco de un enano; también es un juego de mesa en el que se enfrentan las dos tribus… Y es la 34ª entrega del Mundodisco, la historia de una descomunal bronca milenaria que amenaza con estallar de nuevo.
En la batalla del valle de Koom los trolls tendieron una emboscada a los enanos, ¿o fue al revés? Enanos y trolls de Ankh-Morpork están preparándose para celebrar el aniversario de la emboscada liándose a tortazos en plena calle. A eso se suma el misterioso asesinato de un enano integrista que, según los indicios, ha muerto a manos de un troll. La posibilidad de que la espiral de violencia quede fuera de control obliga al comandante Sam Vimes a iniciar una investigación.
Otra excelente novela del Mundodisco sobre la intolerancia racial, las guerras y lo necesario que es adoptar de vez en cuando el punto de vista del enemigo.
Terry Pratchett se confirma una vez más como un narrador único, más divertido, agudo y brillantemente original que nunca.

Opinión: Esta novela fue considerada en 2010 la mejor de la saga Mundodisco a través de una encuesta realizada a cientos de kevins, o sea incondicionales de Pratchett y su mundo paralelo. Personalmente considero esta afirmación como muy arriesgada, incluso afirmo que no es la mejor ni entre los que conforman la saga de los Guardias de Ankh-Morpork. ¿De verdad consideran ¡Zas! mejor que Ronda de noche o ¡Guardias, guardias!? Los que me conocen saben que soy un ferviente seguidor del Hombre del Sombrero, y que novela que edita, novela que cae en mis manos, pero ¡Zas! me ha desilusionado un poco. Temática muy bien trabajada, personajes antológicos, situaciones desternillantes, diálogos de partirse el pecho,… pero todo ello me ha dejado un sabor un poco amargo, como si la paella tuviera los mejores ingredientes, el mejor marisco y el mejor caldo pero el arroz se hubiera pasado un poco.

Valoración personal (de 0 a 10): 7,3